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Realmente, las bodas son tan especiales que se puede decir que casi cada momento de cada una de ellas es mágico y singular. No obstante, hoy queremos centrarnos en la parte seguramente más entrañable de cualquier ceremonia que se precie, ya sea religiosa o civil: la que protagonizan los más pequeños.
Son los llamados niños de arras, que en la iglesia se encargan de portar las monedas, y puede que también los anillos, y que en las ceremonias civiles sólo suelen realizar esta última acción. En ambos casos, eso sí, son los pequeños los que abren el cortejo nupcial delante de la novia y los que suelen protagonizar, por su espontaneidad, algunos de los momentos más divertidos de los enlaces.
Pero, ¿de dónde viene esta tradición de los niños de arras? Parece ser que hay que remontarse a la antigüedad, concretamente es algo que nació en Oriente y fue recogido más tarde por el Derecho Romano, que lo ha llevado hasta nuestros días. Las arras en sí estaban formadas por 12 monedas reales de oro o plata y una de bronce u otro material noble de menor calidad. Con el transcurso de los años, esa combinación ha evolucionado para pasar a ser 13 monedas iguales.
Las primeras 12 monedas evocan a los meses del año. Una moneda por mes de riqueza que compartirán los contrayentes en el futuro matrimonio por los años que pasen. La décimo tercera moneda es para compartir con los más necesitados. Esta acción está destinada a recibir buena suerte en el enlace. Tradicionalmente, las arras son pagadas por el padrino o la madrina y son presentadas en el altar por los niños de arras.
Aunque no hay una edad establecida para ello, los niños de arras normalmente tienen entre 4 y 7 años, suelen ir vestidos con trajes iguales dentro de una gama de colores y estampados similares y acordes a la decoración de la ceremonia y a veces, además de llevar arras y anillos, también tiran pétalos de flores e incluso pompas de jabón.
Lo cierto, es que sea cual sea su cometido, lo que está claro es que los llamados niños de arras siempre aportan a las bodas un toque jovial y alegre a un acto que suele ser solemne y emotivo. ¡No sería lo mismo sin ellos!
#EntreHiedra